lunes, 1 de noviembre de 2010

De la luz de Cuatro Santas Cuatro

Oh, Cielo e Infierno, ellas son
Santa Fustigata
Santa Rabia del Proletariado
Santa Dollarina
Santa de Aquí para Allá



   Me he levantado tempranito (6 de la madrugada del Día de Difuntos) para cantar la bella e inteligente santidad de cuatro resplandecientes santas.

El jueves 28 de octubre, por este orden,  se nos plasmaron en la caverna del Estudio Dos de Metol4:


Santa Fustigata, santa del noviembre del frío nuevo y de los muertos recordados, nos induce al recogimiento -fusta en mano-, a la reflexión y a no darle demasiada importancia a las chuminadas vitales. Ha de invocarse cuando esa cosa moderna llamada estrés nos ponga los nervios afilados y en exceso eléctricos. Ella vendrá a nosotros, fusta en ristre, para cachetearnos las partes magras del cuerpo y del espíritu, y que nos tranquilicemos por cojones y chochones.

Santa Rabia del proletariado, santa del abril de Hostias Mil, de la Semana Santa y de la Segunda República, despierta nuestra conciencia social (si es que nos queda algo) y nos obliga a vomitar nuestro papanatismo consumista y microburgués. Ha de invocarse cuando ante un escaparate u oferta buzoneada se nos caiga la baba ante un objeto inútil que socavará nuestro menguado presupuesto. Es el antídoto perfecto contra el consumismo. También nos hará más majos/as en la ayuda al prójimo/a y nos alertará ante las oneges de palo y timo del Dios bendito

Santa Dollarina, santa del diciembre de la paga extraordinaria y la Lotería de Navidad, nos puede sacar de más de un apuro monetario y de los eternos fines de mes sin un chavo. Ha de invocarse cuando el banco nos acucie con sus putos números rojos, cuando el cobrador de morosos/as se haya convertido en nuestra sombra, cuando no nos fían ni en la tienda ni en casa de padres, hermanos o parientes y amigos dadivosos, cuando las letras de la Jodía Hipoteca se transfiguran en Letras con Sangre Entran. Con ella, tal vez, no alcancemos el cielo, pero habrá dólares o euros en nuestros vacíos bolsillos.

Y el sábado 30, gozamos con la presencia vespertina de Santa de Aquí para Allá, santa del agosto del veranito en la playa o al pueblo de mis padres, cariño. Ella es acogedora luz que nos sacude la brutalidad de las vacaciones porque sí, que nos libera de la losa de las pesadas vacaciones de los huevos. Hace que, en vez de odiar más de lo debido a nuestra pareja, la amemos con mucho romanticismo y folleteo. Ha de invocarse necesariamente para soportar ese asqueroso y carísimo chiringuito de playa, o el senderismo por esos pueblos cada vez más urbanizados y con menos naturaleza viva. Ella nos invita a coger la cámara de fotos y a distraernos con la imbéciles imágenes del anodino y cruel mundo de hoy mismo. Convierte lo feo en bonito.

Y hoy, si las circunstancias e inclemencias lo permiten, tendremos a nuestras dos últimas santas, con las que completaremos las Doce Bellas Beatitudes que compondrán el Calendario 2011 de Santas de Hoy Mismo. Así esperamos que sea. 

NOTA: Como soy un neobloguero, inexperto por consiguiente, no sé que tecla inconveniente he tocado y no puedo adjuntar las imágenes de las susodichas santas.   Intentaré enviarlas a continuación o sea: CONTINUARÁ

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