AARÓN GARCÍA PEÑA
Dios y sus cómplices
Tardes de PROMETEO
Espacio literario de la
Asociación Prometeo de Poesía
Lectura en la Sala Trovador
Calle de San José 3
y
Translectura en El Alambique
Calle de Fúcar 7
No sé si la poesía conduce a algún sitio. Seguramente, no. Aunque es notorio que la palabra poetizada nos congrega y nos materializa en amistad e ilusiones.
Quiero decir que llegué a la Sala Trovador cuando Aarón García Peña principiaba con la lectura de sus poemas Dios y sus cómplices.
Antes de adentrarse en los versos de ese su segundo libro, nos leyó poemas de su libro-jirafa Cuidado, mancha. Mientras a su lado, en la mesa de presidir y leer, Juan Ruiz de Torres, con la seriedad de un busto decimonónico, revisaba lo escrito en un libro de acta también de catadura decimonónica.
De Cuidado, mancha, Aarón leyó lírico texto versuado sobre Dios, como no podía ser de otro modo, pues él cree en Él y “no me da vergüenza repetirlo las veces necesarias”. Después nos deleitó con suma energía y convicción con versos que hablaban/cantaban/arengaban sobre el expoeta y sobreviviente Enrique Valle, que se hallaba en la sala en espíritu y carne de existencialista años cincuenta, y sobre España con seriedad de Unamuno ye-yé. Aarón, el muy animal lírico-épico, proyecta escribir sobre esta España nuestra y de nadie la friolera de cincuenta libros. A ver si el poeta se va a transmutar en un Don Marcelino Menéndez y Pelayo, igualmente ye-yé.
Y, por fin, llegó la lectura de Dios y sus cómplices, que según el joven vate (díceseson nueve y que, para dnto, aseveró que de las nueve voces había ejemplos allí mismo, en la sala. Qué miedo.
Empezó por la voz, en sonetos, de la enamorada de la carne de Cristo. Principiando así:
No estoy embarazada con dejarme
acariciar por un solo segundo.
Si contagio la vida en este mundo
será porque accediste a desnudarme.
…………………………………………….
Y acabando con la contestación de Cristo:
………………………………………………..
Cayó cabeza abajo como impulso
y crucifico cuanta sangre toco.
Le di a probar, probó y no era santa.
Pasó a mostrarnos las voces de los curas. Y cerró, que dorada incongruencia, con el decir del ateo:
………………………………………………..
Es hora de hacerte ver que no eres nada.
El tiempo ya de que no existas, dios, ni en las
caries de los niños;
…………………………………………………
Pero el acto no acabó con Aarón, pues vino después Simeón Martín Morales, experto en mercadotecnia, locutor radiofónico y marido de la poeta prometeica Encarnación Huertas Palacios, según nos contó Juan Ruiz de Torres. Con su buena y profesional voz y laringe, Simeón leyó poemas de Borges, Eduardo Carranza (salvo mi corazón, todo está bien), Rosalía de Castro y Concepción R. Matías, poeta miembro de la Asociación Prometeo de Poesía.
Y cual fin de fiesta literaria, Juan Calderón nos leyó y dramatizó poemas mitológicos, ancestrales y heptasilábicos de Los vientos y la guerra. Pero para no dejar a la concurrencia apesadumbrada y con el pesimismo subido, tuvo a bien deleitarnos con una plaquette de poesía eroticona y jocosa, protagonizados por una heterodoxa Caperucita, una gorda, una gallina, un mago, un loro y Margarita y una maja desnuda -la de Goya, claro- y harta de sufrir el castigo de un desnudismo de más de doscientos años.
Fin de la sesión. Entre los asistentes al acto, he de mencionar las presencia de veteranos/as de Prometeo, así como la de los/las poetas y literatos/as José Javier Aleixandre, Jesús Hilario Tundidor, Juana Vázquez, Carmina Casala, Carmen Fabre, Julio Santiago, Manuel Esbert, Diego Valverde Villena, Miguel Pastrana y alguno/a que me habré olvidado o no visto y que pido que perdone mi mala visión o memoria.
Pero como no sólo de versos vive el/la poeta, se buscó local adecuado para entregarnos al buen beber y yantar, hallando en El Alambique “locus amoenus” para la Translectura.
Estuvimos allí en presente de indicativo Aarón García Peña, Marisa Calvo, Mayte Pañeda y Rafa Montesinos, Julio Santiago y Amaya En Moreno, Manuel Esbert y Lola Mirada Rasgada, Laura Frost, Carmen Fabre, Juana Vázquez y Rodolfo Supra Gestoro, Miguel Pastrana, Daniel Bolado y Ann Mary Saint-Crow y Miguel Ángel Audiovisualez.
Se degustaron varios platos de salmorejo y pollo al curry, especialidades de la casa. Se ingirieron generosas jarras de cerveza, finalizadas con un buen colofón de chupitos de orujo y pacharán, así como surtidos copazos de rigor.
Se habló de poesía y vida, no recuerdo en qué orden. Se loaron y despellejaron a personalidades del mundo/mundillo lírico, cuyos nombres omito pues ello queda dentro del ámbito de lo privado y vaya usted a saber.
Hubo amistad, fotos, vídeo, amor, besos (cuyas fotos se reservan a sus consumidores), rosas, una jirafa y el consabido salir-entrar-salir para el fumeque. Y así como abrimos el local, lo cerramos.
La presentación de Poesía Depilada II, nos esperaba al día siguiente. Es que Julio Santiago es mucho en poco verso u verso depilado. Ojito con el poeta.
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