VI
De los cuidados, confesiones
y advertencias
del sabio cabrero
y
su gentil rebaño
-De buena rebuena se ha librao- me repetía como si no hubiera otra frase en el mundo.
Las cabras se iban congregando a mí alrededor para mirarme con sobrecogedora ternura. En aquellos ojos había más alma que en la mayoría de los humanos. Estaba atentas a como el sabio cabrero friccionaba mi lacerado cuerpo con un pastosísimo ungüento, que de su morral había sacado.
Mientras me dejaba hacer, advertí que el televisor seguía encendido. Emitía imágenes de soleadas playas y maravillosas calas. Todo hubiera resultado sedante y tranquilizador, de no haber sido por la brusca irrupción de breves fragmentos de inundaciones y lluvias espantosas.
Pero esta inquietud pasó al olvido cuando el buen cabrero me obligó a mamar de las espléndidas ubres de la más bella de las cabras que, entre maternal y cachonduela, no dejaba de observarme y hacerme morritos, mientras dos de sus congéneres lamían mis tumefacciones. Jamás me había sentido tan agradecido al género animal y, sobre todo, al caprino. Por ello, hice promesa firme de no volver a ingerir carne caprina ni ovina. Incluso pensé en hacerme vegetariano.
Vasija griega
Cual sopa instantánea y milagrosa, mis sangrantes heridas había cicatrizado y mis fuerzas recuperadas. Entonces dijo el cabrero:
-A ver si me entiende. La mujer que ha estado a punto de mandarle al Hades no es exactamente una mujer, sino una diosa o lo que queda de ella: Afrodita. Ha de saber que el tiempo y las malas costumbres todo lo deshacen, y da lo mismo que seas dios, diosa o efímero escarabajo. Yo sin, ir más lejos, me llamo Paneros, pues según se dice y escribe fui hijo de Eros, en versión hembra, y Pan, en versión macha. Y siempre he sabido que para permanecer cual deidad has de comportarte como efímero humano y aprovechar el instante, vivir a tope, dures ochenta años u ochenta siglos. Hay relacionarse con lo mejorcito de la vida. Por cierto, conocí a Picasso. Usted sabrá quién fue. Tuve el honor de posar para él como modelo, pero ya le contaré… Volviendo a la maldita Afrodita: le ha sentado muy mal ir de un sitio a otro chupando la juventud a los hombres, y también a las mujeres. Por eso quería que se corrieras dentro de ella.
Así hubiera rejuvenecido un año o menos, usted ya es mozo viejo, sin ofender. Pero a usted, pobre cuitado, le hubiera supuesto un envejecimiento de diez años o más.
Dibujo de Pablo Ruiz Picasso
-Pues que cabronada, con perdón- sólo acerté a responder.
-No se ha corrido, pues tranquilo, que no se va a amojamar... Otra cosa. Los que aún perduramos nos hemos quedado anticuados, desactulizados, como dicen ahora.
-Pues le veo bien, joven. Yo no le echaría más de cuarenta años.
Quita para allá, que tengo casi cuarenta siglos… La vida, sobre todo la de hoy, va muy deprisa, incluso para los divinos o protodivinos. Demasiada rapidez, demasiados inventos y cambios. Trenes, aviones, coches, radio y teledifusión, extrañas y mortíferas máquinas de guerra, dinero que no se ve pero que arruina o enriquece, música rara de raros instrumentos, ruido e imágenes por todas partes, ciencia y genes, y desde hace poco, electrónica, computadoras y la Sacra Internet. Mucho para tan poco tiempo.
-Sí, eso es lo que dice algunos filósofos y pensadores actuales. Qué se le va a hacer.
Dibujo de Pablo Ruiz Picasso
Para los humanos es muy fácil. Duráis poco y lo vivís. Pero nosotros somos seres de mayor duración y el tiempo duele. Por eso, nada más verte supe que eras el elegido.
-¿Cómo que el elegido?
-El Elegido que nos puedes conducir a la actualización, a cómo manejar las máquinas que se comunican; el que nos explicará de qué va el sexo actual y eso que llamáis pornografía. Follar es muy importante y más hacerlo bien… ¡Usted es nuestro Prometeo. Tiene que darnos vuestro fuego electrónico y sexual!
-Bueno, bueno. Sin ánimo de ofender, esta isla o tiene muy mal clima o hace mucho viento o yo qué sé, pero aquí están un poco idos.
-¿Locos dice?
-Llámelo como guste, pero lo cierto es que yo paso de este rollo y me piro ya mismo en el ferry.
-No se precipite. Usted ha llegado con preguntas al Oráculo de Google, y sólo el que pregunta obtiene la respuesta. Recuerde que Afrodita-Rita no sólo deseaba tu semen, un poquito caduco. Ella quería también que la escaneara y que después usted, oh NeoPrometeo, le hiciera unas reformar corporales con el Fotochó o como se diga.
-Photoshop.
-Da igual, ¿me ayudará a actualizarme?
Ni tiempo me dio para decirle que nones, que me piraba de aquella isla-manicomio, porque tres cabras de lo más iracundas irrumpieron en la habitación balando y emitiendo fonemas entre humanos y caprinos. Sentí que algo malo se avecinaba.
-¿Ocurre algo?- pero las enloquecidas cabras y el cabrero conversaban sin atenderme-. ¿Es que viene la mala diosa, la Rita o la Afrodita esa?
-Ahora ella no es problema. Como decís en la actualidad, mis cabras la han desactivado. No me mire así; es verdad. Le han arrancado el ceñidor mágico. Aquí lo tiene; se lo regalamos. Le puede ser útil...
-Muy agradecido, pero no sé qué voy a hacer con esto.
-Cójalo, que no está de más. Pero ahora tenemos que subir al Monte Senux. Poseidón la está montado buena y hay que buscar refugio. ¿Viene?
Rechacé el ofrecimiento con cariño y educación. Sin embargo, no estaba dispuesto a continuar con aquella comedia de dioses locos. Tenía que coger el ferry.
-Con la que va a caer, ni se le ocurra embarcarse. Qué sordos y tontos sois los humanos.
-Explíquemelo mejor.
-No me está permitido entrar en detalles. ¿Viene?
Dudé. El instinto me llevaba a seguir a aquel cabrero llamado Paneros y a su trupé caprina, aunque al ser yo hijo del siglo, la razón práctica me obligaba a pensar en huir de la isla.
Lo cierto es que me dejaron solo recogiendo mis pocos enseres, el ordenador portátil, el ceñidor supuestamente mágico y los gallumbos de mis pecados.
Antes de salir de la maldita habitación del hotelucho, apagué el televisor, que en ese momento estaba emitiendo inquietantes imágenes de un maléfico Gene Kelly chapoteando como monstruo bajo la lluvia sobre un mar imposible.
(CONTINUARÁ)
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Seguidor de la mejor Literatura soy, empedernido seguidor de la imaginación como elemento que convierte a los seres humanos en dioses, también. Bien, digámoslo con claridad: Rafa Montesinos conoce - seguro que es un don divino - como mezclar los llamados bajos instintos llamados así por algunos elementos sociales de nivel under ground ( no en el buen sentido del "underground" sino en el otro, por eso lo pongo separado ) con las palabras y los sueños - y todo ello hace que el lector disfrute de sus entradas y en ningún momento las considere salidas ( estoy hoy muy de doble sentido, sin duda)...y veamos el nivel literario de estas epopeyas menores. En fin, Rafa, que estás haciendo épica, lírica e historia, pasada, presente y futura, a la vez, de un género que, contigo, cobra dimensiones propias. Por cierto, algunas fotos en blanco y negro son una maravilla. Dixit.
ResponderEliminarQuerido Emilio:
ResponderEliminarMuy agradecido por tus palabras. Está claro que por tus comentarios mereces estar dentro de esta extraña y sexual aventura. Atento. Bienvenido a esta isla griega, clásica y moderna por necesidad. Un abrazo.
Rafa