sábado, 12 de marzo de 2011

Verso y Prosa en Madrid. "Acción Dodó-Dadá" Aarón García Peña, Ana Mª Cuervo de los Santos, Juana Vázquez, Inma Luna, Julio Santiago y Santiago Tena






A C C I Ó N   D O D Ó.-.D A D Á
6   P O E T A S  6
ANA Mª CUERVO de los SANTOS
AARÓN GARCÍA  PEÑA
JULIO  SANTIAGO
JUANA VÁZQUEZ
SANTIAGO  TENA
INMA  LUNA

      Sucedió el jueves 10 de mayo a las 8 de la noche
                        en  el Café Libertad 8 -  Madrid







                             CRÓNICA FRAGMENTADA
                                         SEGÚN  RECETA 
                                        DODODADAÍSTA

  Entra en escena el presentador, Daniel Bola-Dodó-Dadá. Protegido por un folio manuscrito, lee sobre el Dododadaísmo como si fuera un pariente próximo ni vivo ni muerto, como una especie de primo remoto en forma de microbio, de gota de saliva disecada, más incrédulo que Dios de sí mismo, pues no cree en lo que dicen los mudos, eso de que los poetas sean poetas. Ahí queda eso.

   Al menos habrá que suponer que los humanos, de vez en cuando, juntan supuestos versos para ver si la vida les rima con el reloj, la edad, una letra del tesoro, un coche que pasa, una mujer que llega, un padre que se ha ido, el dinero, el demonio empalmado y la carne caducada y en oferta en una gran superficie en la que un o una poeta dudan entre comprar lata de atún de mar desconocido o una edición de Garcilaso para niños de comentario de texto.





                                                









Ana Mª Cuervo de los Santos


Daniel Bolado




                                      Santiago Tena
   O arder en el verso y las palabras repetidas como una granizada eléctrica. Entre lírica, súplica y tono de palabrota.

   Un soy yo que mete miedo en la angustia, pues se hace demasiado hondo vivir de depresión en depresión, en ese pozo en que el poeta del soy yo se vierte como el agua de supresión en supresión. Que va de un lado a otro y que ya no tiene miedo, pues ha dejado de ser un hombre y ahora, tras conjurar al demonio, comprende  que ya no es un hombre, que es por fin un niño con sentimientos de hombre verdadero, mujer mentirosa y perro que ladra por correspondencia.

   Que ruega insistentemente. Que grita y grita. Que se predica en el yo del desierto de los amantes. Que sufre espasmo lírico. Que tira el papel y los versos al suelo. Y que vive con gran golpe sudor, de verso impuro, de noche entera.















                                     Juana  Vázquez
   O la mujer  niña predestinada por ordenanza paterna a ser un hombre hecho y derecho sin un pelo de tonto en el pecho y que dijo No y No, con ese cuento a otra tonta.

   Pues esta tonta quiere ser deshabitada de imposiciones embusteras. Es, como su poesía-espejo, noctambularia y eroticona de la cotidianidad. Es la que en mitad de la sala pide transfusión urgente de versos y de silencio para sobrevolar sobre Los escombros de los días.

     Y que bien suena en los oídos de los días perdidos y no hallados eso de domiciliar su amor en su cuenta corriente, para que así, todos los meses y con toneladas de noche hasta las tantas, podamos entrar en y salir de los versos de Juana, -ay, Juana-, tu tan trotadora trovadora, tan parroquiana de bares y tabernas con derecho a aperitivo de panchitos, quicos y versos.  Y cuidado con comerse alguno pasadito, que diría Juana.










                                 Aarón García Peña
   O el profeta sin profecía, pues vive en un presente de indicativo que da miedo, y al él, mucho más. Que sabe de la amistad y de los raros poetas a los que la vida con antifaz suele atracar en esquinas de  finales de mes sin un céntimo. Que canta con la elegía partida en pequeños trocitos como palabras de un largo poema al que le han barajado todas sus sílabas. Que hace de Enrique y de Osmán estampa de la cabronada de ser poeta de verdad. Que da lo mismo que sea en Madrid o en Cuba. Que ser poeta requiere un esfuerzo, un helarse las palabras en este invierno sin sol, sin ellos, sin esos poetas que no son de verso de cartón piedra.

   Pero Aarón siempre cuenta con Dios El Mayúsculo, aunque este no cuente con él ni con nadie, por mucho que los pájaros le adviertan y diga todo ufano ese Dios: “Soy la consumación de mi peor bostezo.”
  
  Pues de todos es sabido, querido Aarón, profeta sin desierto, que hace tiempo que recalificaron el Paraíso para convertirlo en hermosa pradera vacía, en campo de golf. Y Dios va con su pelotita de hoyo en hoyo pasando de nosotros.

   Me han dicho, querido Aarón, profeta sin penitencia, que Dios, como padre sin memoria, no sabe que existimos y que por eso no existe.
















                        Ana Mª Cuervo de los Santos
    O la Mami-mi-Mami del Dododadaísmo, invento fiero para arrancar a los poetas de sus visiones seudolíricas y diversas reencarnaciones en versos anodinos, procedentes de la larga tradición universal del copia y pega, que algo queda. 

   Ella pone alegría y buena disposición a esta velada, aunque ella misma, después de haberle cantado a la madre como buena Mami-mi.-Mami, se adentre en los oscuros parajes de niños abandonados y muertos que resucita con versos abofeteados, pues ella nos hace ver que los muertos, lo suyos, son innecesariamente necesarios.

   Pero ahí no iba a quedar la cosa, pues Ana Maria, nos regala, como a niños en cumpleaños, poemas infantiles de infante sin malicia de adulto/a pero con todo el retorcimiento que la niñez ofrece. Vivan las luciérnagas. Entre en el Circo y dejen atrás su vida miserable. Vengan, vengan y hagan una O muy GORDA, como propone el Jardinero de la Fábula Dododaísta de Ana María, Mami-Niñona.









                                          Inma Luna
    O hagan con una batidora de poemas mermelada de naranja, de sabor amargo no arrasado por el azúcar.

   Y todo ello lo lee con voz quebrada, entre el verso y una vida aún más quebrada que un hemistiquio perdido en la cotidianidad. Que una poesía corporal y hormonal. Que el infierno de esa casa, hogar ardiente en el fuego de la monotonía. Pues la casa huele a puchero y a perro mojado.

   Hay en la poesía de Inma una vida en pena que quiere arreglarse con bonitos vestidos, con maquillaje en verso, aunque sólo sea para bajar a los chinos y dar las buenas tardes.

   Hay en la poesía de Inma un despojarse de la casa, de la maldita casa y ponerse macarra en los sueños, igual que si la calle fuera otro sueño con tiendas, viandantes, farolas de compañía, bares y voces.










                                      Julio  Santiago
   O el don de hacer reír y pensar, no mucho, que a nuestro poeta no le gustan los largos versos de tienes que hacer esto, lo otro y lo del Más Allá.  Que a Julio le produce gran placer, por arriba y por abajo, por delante y por detrás, subirse al verso-cita-cohete de Gloria Fuertes: “El gusano quiere ser otra cosa./ Mariposa”.

Que Julio es mucho Julio y muchos años en palabra y obra y depilada poesía en Libertad Ocho.

   Que Julio mata las hormigas del coñazo lírico, ya sea un salón de actos o un acto sin salón o unos versos como puños podridos. Ojo con Julio, que mata mucho y no hace del ingenio aburrimiento. Ojito con el poeta, que es capaz de resumir cuarenta años de ascofranquismo en un morirse con treinta kilos por hacer un régimen de cuarenta años

   Que es alto poeta erótico, sexual cien por mil, no como otros y otras que dicen practicar tan altamente esa poesía de hacia el centro y hacia abajo, y producen no excitación sino auténtica repugnancia en anodino verso.

    Y que tiene un particular patio particular para el verso directo, la risa y el agachamiento. Ojito con el poeta.

















                                 RAFAEL  CÉSAR  MONTESINOS
                                               juntó las palabras
                                                      y   junto   a
                                                  MAYTE PAÑEDA
                                                     hizo las fotos
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