FOTÓGRAFOS DE AHORA
ANTONIO GRAELL
Segunda Parte
Retrospectiva
en
LDF
Laboratorio de Fantasmas
Calle de Santiago Estévez, 29 3ºD
Metro Oporto / Vistalegre
MADRID
Antonio Graell
Entre el fetichismo,
el claroscuro
y
la percepción halurizada
Fotografía de Metolcuatro, en un
FotoCarlón de Carlos Aquilino.
Madrid, diciembre de 2009
Antonio Graell es fotógrafo de penumbra y relámpago, de tenebrismo feroz en espacios recreados con suma paciencia. Y esto lo podréis comprobar viendo una antología de sus fotos el jueves 21 de julio en el imprescindible LDF (Laboratorio de Fantasmas), que con tanto arte y entusiasmo comandan Ponce y Akhesa.
Volviendo a nuestro fotógrafo:
Antonio Graell no parte de un fondo oscuro sino de una tiniebla muy pensada, de una especie de agujero negro del que surgen sus retratadas modelos. Como promesa amenazante. Como deseo sexual de diosas y ninfas extrañas.
Antonio Graell es el Caravaggio fetichista de la fotografía actual. Sus similitudes son evidentes: tiniebla de fondo, personajes en dramática situación y escorzo, relámpago en determinadas partes de la figura y, a su vez, ocultación a través del claroscuro.
Podría entroncar a nuestro fotógrafo con diferentes autores pasados y actuales. Quedaría muy erudito decir que tiene tal actitud de dos fotógrafos americanos, la elegancia de ese alemán tan famoso y la picardía de tal francés y/o francesa. Así, cual mandato de la moda, el comentario quedaría en plan culto y bien informado. Error, pues mis palabras resbalarían anodinamente por la obra de Antonio Graell.
Lo que veo, y me gusta, en Antonio es esa capacidad pictórica para penetrar en el instante fetichista de manera religiosa. Me explico. Si uno contempla la pintura tenebrista barroca –hablemos de Caravaggio, Rivera, Alonso Cano o Rembrandt-, observará un enfoque realista de la figura humana que es iluminada dramáticamente sobre un fondo oscuro.
Si estos pintores retrataban momentos sublimes de santas, vírgenes y diversos seres sacros y profanos, Graell hace lo propio con sus modelos, pues ellas son sacralizadas y humanizadas a la vez. No son seres en manidas tomas de desnudo o en fetichistas poses mal improvisadas, sino seres de la nueva y contemporánea religión del BDSM, del conocimiento a través de la penitencia, del dolor. Son las nuevas santas graellianas, captadas en el momento del éxtasis o la revelación.
Graell es una especie de monje alquimista que, con claroscuro, relámpago y toque dramático, nos ofrece una fotografía ascéticamente tenebrista, muy particular, muy suya, muy antigua, tan antigua que es anterior a la misma fotografía.
Antonio Graell o el que se encierra en su celda-laboratorio para retorcer la fotografía digital hasta conseguir La halurización del píxel.
Antonio Graell o el que acomete y retrata la Crucifixión Siglo XXI en una Nave del Templo de Tabacalera.
De estas dos propuestas fotográfico-religiosas he sido testigo privilegiado. Doy fe de ello y os remito a la Página en Red de Antonio Graell:
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