jueves, 23 de junio de 2011

Escritos sobre fotografía. "Ellas se fotografía solas" (1).



ESCRITOS SOBRE FOTOGRAFÍA

Ellas se fotografían solas

Primera Parte
Narcisa frente al espejo







   PhotoEspaña 2011 dedica este año su muestra al retrato. Exceptuando el caso de la serie Bus Riders (autorretratos de personajes esperando el autobús), de la fotógrafa Cindy Sherman, el autorretrato como fenómeno pujante actual se encuentra poco representado. Ya se sabe, las instituciones reaccionan lentito. Es decir muestran un asunto de actualidad cuando la actualidad se encuentra por otro lado: el actual.

   Pero la cuestión que nos interesa es el autorretrato y, concretamente, el realizado por mujeres.









   Hay que hablar primero no de cámaras digitales para hacer rápidas instantáneas, sino de teléfonos móviles. Hacia mediados de la década pasada, los teléfonos comienzan a incorporar el extra de poder hacer fotos. Y, oh milagro de la industria y el consumo, personas que no solían fotografiar su entorno comienzan a hacerlo a mansalva, obteniendo resultados al instante. Algunas incluso, picadas por el gusanillo retratero, se aficionan al asunto y adquiere cámaras propiamente dichas. El niño o la niña reclaman como regalo ese nuevo juguete que les permita hacerse visibles, vía correo o red social de turno, en la Gran Galería de la Red. Y también sufren y disfrutan del nuevo fenómeno personas de subidos o subidísimos años. Ah, y no hay que olvidar que nuestros súper teléfonos también nos permiten, como las cámaras fotográficas, captar imágenes en movimiento; o sea, vídeo.










   Hasta aquí la breve explicación socio-consumista. Ahora vayamos al Gran Mercado del Porno en la Red. Un género que conoce un gran auge gracias a los avances tecnológicos es el de Aficionados o Amateurs.

   Antes del milagro digital, era un engorro “capturar” imágenes fijas o en movimiento. Primero había que disponer de persona y aparato para ello, y en el caso de las fotos, llevar a revelar el carrete y que el laboratorista de turno viera nuestras intimidades. Además había que esperar los resultados para comprobar como había salido la imagen, si es que esta se había manifestado. Demasiada intermediación. Demasiado lento. Demasiadas dudas en la espera.











   Actualmente, cualquiera es fotógrafo/a. Las jóvenes, y no tan jóvenes mujeres, han descubierto que no hay necesidad de fotógrafo para mostrar sus encantos. Viva el autorretrato en la intimidad. Una cámara y un espejo son más que suficientes. O bien, alargar el brazo, apuntarse con el objetivo, sostener con firmeza la cámara y disparar. O un trípode o un lugar donde dejar la cámara y activar el autodisparador. Viva. Por fin  Ellas se fotografían solas.

  Es el triunfo de Narcisa. Es el avance de las páginas en la Red dedicadas al género Autorretratos de chicas.

   El negocio porno, tan machista él, se ha aprendido el cuento y cada vez le da más materia al asunto, incluso imita el género, pero la cosa huele: demasiadas “buenas fotos”, demasiado retoque escenográfico, demasiadas actrices imitando lo que hacen las mujeres corrientes. Este autoporno es otra cosa, pues son ellas, con su graciosa naturalidad, las que deciden cómo mirar,  qué pose adoptar y cuándo disparar, aunque inevitablemente siempre haya, tras el espejo, un baboso mirón metiendo el ojo por el agujerito de Internet y, también, mujeres que observan para trabajarse su realidad frente al espejo.

   Baste, por ahora, este leve análisis, esta constatación de un hecho que está transformando la realidad. En un próximo y último capítulo seguiremos indagando por qué Ellas se fotografían solas o en compañía de sus amigas, preferentemente.








No se pierdan
la próxima entrega.

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