Y a las 10 de la noche, con toque solemne de campana, principará la sesión intitulada Los Muertos y Las Muertas.
Cubriremos con telones negros el fondo de la sala y se instalará en dicha zona un catafalco (dícese del túmulo que se pone en el templo para exequias solemnes). Entonces, principiará Hazte el Muerto u Muerta, acción consistente en que, durante cinco minutos, subirán aquellos/as que lo deseen para vivir en vida su propio velatorio.
Aquel o aquella, que mejor haga el muerto o la muerta, recibirá un solemne premio. No vale reirse, toser o moverse, ya que cualquiera de estos actos será motivo de descalificación y abandono inmediato del catafalco.
Mientras acontece la acción Hazte el Muerto u Muerta, habrá lectura de breves prosas y versos ante el finado o finada.
Se ruega asistir con etiqueta conveniente. Y ojo. Este es un acto romántico y severo. Sumamente gótico. Abstenerse de venir disfrazadito/a en plan Jalogüín. No se admiten brujitas de trapillo, monstruos tontorrones, calabazas infantiloides y demás parafernalia joliwudiense. Un poco de seriedad.
Y para que tenga un apropiado carácter existencialista esta convocatoria, Metol4 les da su más sentido pésame y les recuerda algunas greguerías de Ramón Gómez de la Serna:
El epitafio es la última tarjeta de visita que se hace el hombre
En realidad los seguros de vida son seguros de muerte
Aburrirse es besar a la muerte
Lo único que está mal en la muerte es que nuestro esqueleto podrá confundirse con otro
Lo más importante de la vida es no haber muerto
Si el hombre tiene tanto miedo a la muerte, ¿por qué se mata?
–Porque al quitarse la vida se quita el miedo
La prisa es lo que nos lleva a la muerte
Lo que ve el afamado en la fama es su propia muerte anticipada
la muerte es la recta final, por eso siempre se llega cansado
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