Prosas rabiosas
Voces sin estadística
FotoPiedra:
Rafa Montesinos
1
Soy una chica oficialmente alegre. La que sonríe y tiene soluciones para
casi todos, la que tiene terror al terror del orden. Y creo que las paredes de
mi vida se están agrietando.
No
he dejado de sonreír y no tengo conciencia del ser y hago lo que me da la gana.
¿Qué se habían creído, que suelto este rollo para dar pena?
Foto: Rafa Montesinos
2
Qué rápido viajan las noticias. Antes había un burro, una paloma o un barco que las
llevaban.
Qué fugaces viajan las noticias. No parecen noticias. Ya no son cosa del
pasado. Hoy no tienen futuro. Sólo un presente pequeñito flotando en una
pantalla. Llegan para morir sin recuerdo.
Las mismas guerras, los mismos muertos. Como si sólo hubiera treinta
cadáveres para representar la masacre, como si hubiera que pedir permiso para
morir una y otra vez.
La misma final de fútbol. Idénticas Olimpiadas. Igual récord. La misma
mentira repetida.
Qué aburridas viajan las noticias. Podrían contarnos algo nuevo, casi
tan nuevo como la curiosidad de un niño.
Foto: Rafa Montesinos
3
Mi
pasaporte dice que soy español. Mi vecino dice que no es catalán. En la tienda
de la esquina vive una familia de chinos. En los pasillos del Metro suele haber
tres senegaleses. Uno vende bolsos y cinturones; otro, muñecos de peluche y
guantes; y el más triste, películas pirateadas. Mi mujer ya no quiere hacer
pilates, quiere aprender inglés y dos semanas en Nueva York. Mi hijo mayor
tiene que hablar alemán y trabajar en Alemania. Creo que hay demasiadas
banderas, pero mi asco no tiene nacionalidad.
Foto: Rafa Montesinos
4
Cuando no sea un niño sino un zombi de
provecho… Mejor lo dejamos. Lo pienso y me da miedo y hoy no hay nadie en casa.
Foto: Rafa Montesinos
5
¿Equivocado?
Es imposible. Vayamos despacio. Aquí hay una casa; allí, otra; y en esta vivo
yo. ¿Entonces? No, no me puedo equivocar. Es mi casa. Tengo todos los recibos.
Foto: Rafa Montesinos
6
Duermo de cualquier manera, como en cualquier bar, pienso sin importarme
lo que pienso, amo sin amar y sólo fumo cigarrillos de una marca y no voy a
decir cuál es, pues sólo es mía y sólo existo en su humo.
Foto: Rafa Montesinos
7
Ya
no hablan los poetas ni de Dios ni con Dios. Intentan establecer comunicación con
la nada, con la geología, con la injusticia, con el niño que fueron, con una
mujer que pasa, con una cuenta corriente o con un hijo que no les hace ni puto
caso.
Qué
pena, Dios ya no cotiza en verso, y eso que está ahí. Muerto de risa, escondido
tras la cortina, mirándonos como un niño ingenuo dispuesto a la broma cruel.
Es
cierto que ahora los poetas lo llevan crudo, escribiendo como máquinas,
publicando libros que ni regalados, dándole vueltas a su yo estropajoso
Y
es bien cierto que es estupendo ser poeta, como antiguamente, para sentir, ver,
tocar a Dios, aunque solo sea para cagarse en él. Con perdón.
Foto: Rafa Montesinos
8
Oiga, caballero, que hoy tenemos tiempo y, de pronto, no lo tenemos. Que
trabajamos o robamos cuando nos dejan, mientras los listos nos sustraen el
tiempo.
Oiga, caballero, no se vaya, que aquí vienen, que nos destituyen y nos
etiquetan como almas muertas. Y entonces nos damos cuenta de que vivir es el
único error posible. De verdad, caballero.
Foto: Rafa Montesinos
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